Fidel Molina denuncia “discriminación y arbitrariedad” por parte de la Generalitat al “prohibir el uso de las máquinas tipo B en los bares mientras permite el uso de máquinas de tabaco, vending, parquímetros o cajeros automáticos, entre otros”.
Los hosteleros valencianos han presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) en el que solicitan al tribunal que decrete, como medida cautelarísima, la suspensión inmediata de la resolución de 11 de marzo de 2021 de la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, por la que modifica la Resolución de 5 de diciembre de 2020 que prohíbe las actividades y máquinas recreativas dentro de los establecimientos de restauración y hostelería.
En este sentido, SOS Hostelería denuncia que la Administración “no ha explicado ni motivado en qué medida el uso de las actividades o máquinas recreativas dentro de los establecimientos de hostelería y restauración supone un mayor riesgo de favorecer la trasmisión del virus en relación a aquellas otras actividades a las que sí se permite su ejercicio
El presidente de los hosteleros valencianos, Fidel Molina, considera que “el ejercicio de actividades o máquinas recreativas dentro de los establecimientos de restauración y hostelería es perfectamente compatible con el uso continuado de la mascarilla y la desinfección de éstas después de cada uso y es equivalente a la dinámica de otros sectores como el del comercio”.
Fidel Molina considera “inexplicable” que la Generalitat prohíba la utilización de máquinas recreativas en los locales de restauración y hostelería y, en cambio, permita la utilización de las máquinas dispensadoras de tabaco existentes en esos mismos locales” cuyo uso, además, no sólo se permite en la resolución recurrida, sino que ya era permitido en las resoluciones precedentes. Por este motivo, el presidente de SOS Hostelería considera que “detrás de dicha prohibición se esconden motivaciones muy diferentes a la lucha contra la pandemia. Todos sabemos que las actividades relacionadas con el juego y las máquinas recreativas no cuentan con excesiva simpatía entre la actual administración autonómica y mantener las máquinas cerradas en bares y restaurantes es la prueba evidente”.
Molina denuncia el criterio discriminatorio y arbitrario de la resolución impugnada y asegura que la administración tiene que explicar por qué dicha medida prohibitiva afecta a las máquinas tipo B de los bares y, en cambio, no afecta al uso de otros dispositivos mecánicos similares como pueden ser las máquinas de vending, los cajeros automáticos, parquímetros, máquinas para el pago de parkings y un largo etcétera.
Los hosteleros aseguran que las máquinas tipo B instaladas en los bares son una ayuda imprescindible para poder mantener los locales abiertos, pagar el alquiler o los autónomos. En este sentido, Fidel Molina defiende que el uso de máquinas recreativas dentro de los establecimientos de restauración y hostelería es perfectamente compatible, no sólo con las restricciones de aforo, sino con el uso continuado de la mascarilla.